Es importante destacar que la diatermia no está indicada en todos los casos. Está contraindicada en pacientes con marcapasos, implantes eléctricos, durante el embarazo, en presencia de infecciones o tumores, y en áreas con heridas abiertas.
· Diatermia capacitiva: Emplea electrodos que actúan sobre los tejidos más superficiales, como la piel y la musculatura superficial. Es eficaz para tratar afecciones musculares y articulares superficiales.
· Diatermia resistiva: Utiliza electrodos que penetran más profundamente, afectando estructuras más densas como tendones, ligamentos y huesos. Es adecuada para tratar lesiones en tejidos profundos.
Alivio del dolor: La aplicación de calor profundo ayuda a reducir la sensación de dolor y a relajar los músculos.
Mejora de la circulación: Aumenta el flujo sanguíneo en las áreas tratadas, lo que contribuye a la oxigenación de los tejidos y la eliminación de toxinas.
Reducción de la inflamación: El calor generado puede disminuir la inflamación en los tejidos afectados.
Aceleración de la cicatrización: Favorece la regeneración de tejidos y la producción de colágeno, acelerando la recuperación de lesiones musculares, tendinosas y articulares.
Relajación muscular: La elevación térmica facilita la relajación de músculos tensos o contracturados.
La diatermia se utiliza para tratar diversas afecciones, incluyendo:
Lesiones musculares y tendinosas: Como esguinces, distensiones musculares y tendinitis.
Dolores crónicos: Como lumbalgia, cervicalgia y artritis.
Recuperación postquirúrgica: Acelerando la cicatrización y reduciendo la inflamación.
Tratamientos estéticos: Mejorando la apariencia de la piel y reduciendo la celulitis.
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