La terapia con K-Laser es no invasiva, segura y generalmente indolora, ofreciendo una alternativa efectiva para acelerar la recuperación y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Bioestimulación celular: La energía luminosa del K-Laser es absorbida por las mitocondrias, estimulando la producción de ATP (adenosina trifosfato), lo que incrementa la energía celular y acelera la regeneración de los tejidos dañados.
Efecto antiinflamatorio: El láser provoca vasodilatación y activa el sistema linfático, reduciendo la inflamación y el edema en la zona tratada.
Alivio del dolor: La terapia láser interfiere en la transmisión de las señales de dolor a nivel nervioso, proporcionando un alivio rápido y duradero.
Alivio del dolor: La terapia con K-Laser interfiere en la transmisión de señales de dolor a nivel nervioso, proporcionando un alivio rápido y duradero.
Reducción de la inflamación: Modula la respuesta inflamatoria del cuerpo, ayudando a disminuir la hinchazón y mejorar la movilidad.
Estimulación de la reparación tisular: Favorece la producción de colágeno y otros elementos esenciales para la reparación de los tejidos, acelerando la curación de heridas y lesiones.
Mejora de la circulación sanguínea: Aumenta el flujo sanguíneo en los tejidos tratados, favoreciendo la nutrición y la eliminación de desechos.
El K-Laser es eficaz en el tratamiento de diversas condiciones, incluyendo:
Lesiones musculares y tendinosas: Como esguinces, distensiones musculares y tendinitis.
Dolores articulares: Como artritis y artrosis.
Lesiones deportivas: Facilita la recuperación de lesiones deportivas y mejora la movilidad articular.
Recuperación postquirúrgica: Acelera la cicatrización y reduce la inflamación.
Uno de nuestros asesores expertos estará encantado de atenderte e informarte sobre esta tecnología
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